En el pasado pleno de Enero nuestro grupo político
planteó una queja formal y concreta por el método de firma y presentación del
Convenio entre el ICAV y la Diputación de Valencia. Nunca por el fondo, ya que
nuestra organización lleva años denunciando la situación precaria e injusta que
han padecido y padecen miles y miles de familias por clausulas y
actitudes abusivas del Sistema Bancario español, amparado por una legislación
obsoleta que no sólo no protege a la Banca y sus derivados, sino que castiga a la ciudadanía y favorece
prácticas inmorales, inhumanas y que recuerdan más a las propias de una banda
mafiosa camuflada que a un sistema bancario. Una legislación y unas prácticas que ya han sido condenadas por los tribunales europeos, quien han incidido en la desprotección ciudadana frente al abuso bancario.
Por eso nuestra crítica no se
dirigió contra la necesidad de que, por fin, las administraciones públicas
comiencen a hacer algo para ayudar a estas personas. Ni contra el hecho de que
por fin aquellas organizaciones políticas que han secundado y mantenido con sus
votos este genocidio social comiencen, también por fin, a girar en sus
prácticas.
Nuestra crítica era por tanto sobre
la forma. En primer lugar porque nos gustaría que más que algunas frases
explícitas sobre la Banca que ha dicho el Sr. Presidente de la Diputación se
entendiera y se explicitara realmente el problema Político y Social al que nos
enfrentamos. Ya fuera en el convenio, ya fuera en un texto adjunto esta
Diputación debería mostrar comprensión y análisis de un problema que es,
sencillamente, la estafa organizada más grande de la Historia reciente de
nuestro Estado.
Podemos buscar mecanismos de
mediación y refuerzo de las personas que se enfrentan a estos procedimientos,
especialmente porque muchas de ellas se encuentran en una auténtica situación
de indefensión, pero, al mismo tiempo, no podemos olvidar nuestro papel de
Institución Política para abordar la realidad más sencilla y directa: NO
mediamos entre partes iguales, sino entre estafadores (Banca) y estafados
(ciudadanía), amparado todo ello por una legalidad injusta (nuestra
responsabilidad). El problema individual es la posibilidad del desahucio.
El problema social y colectivo es toda la arquitectura socioeconómica y legal
que ampara, favorece y genera los desahucios. Las personas que se encuentran
ante esta situación no son parte de un problema individual y aislado, sino
parte de un problema (y crisis) social. Los casos que cada día recogen los
medios, las historias que cada día estas personas y las Plataformas de
Afectados y afectadas por las Hipotecas nos hacen llegar muestran eso: la
absoluta crueldad de un sistema hipotecario diseñado para obtener el máximo beneficio
aún a costa de la vida de las personas.
Por eso nuestro grupo valora en
positivo cualquier iniciativa de una administración que intente intervenir en
esta situación. Pero sin que esa intervención se convierta en una estrategia
para convertir en individual lo que es una problemática social, derivada de un
sistema legal que necesita una urgente revisión.
Pero, además, nuestra queja sobre la
forma viene dada por no habernos dado tiempo a plantear enmiendas y
aportaciones en positivo que estábamos trabajando con las PAH's. Esas
plataformas que el Sr. Presidente descalificó injusta e inmerecidamente en su
intervención y que han solucionado y ayudado a miles de valencianos y
valencianas mucho antes de que a esta Corporación se le ocurriera comenzar a actuar.
Porque estas Plataformas son expresiones legítimas y autoorganizadas de la
Sociedad Civil, expresiones de descontento, pero también de incapacidad o falta
de respuesta en muchas ocasiones de las Instituciones oficiales. La sociedad
civil se organiza de manera independiente y propia ante los problemas cuando
las instituciones y el Estado no son capaces, o no desean, dar respuesta a
estos problemas. Por eso la reacción ante ellas no puede ser la descalificación
o el menosprecio sino el análisis, la escucha y la colaboración para abordar
los problemas.
En el Pleno el Diputado responsable
del Convenio, Francisco Lledó, expresó su deseo de que todo estuviera en pleno
funcionamiento en Abril (no entendemos por tanto parte de la urgencia en
Enero), pero eso dejaba en principio la puerta abierta a la posibilidad de incorporar
cuestiones y actuaciones a ese convenio. No sólo discurso sino analizar
posibles carencias. Porque aunque es positiva la participación del ICAV las
PAH's llevan muchísimo trabajo jurídico realizado, muchísimo trabajo colectivo
de acompañamiento de estas personas. Son Plataformas con años de trabajo, con
miles de casos trabajados y con la implicación directa e importante de muchas
profesionales de la abogacía, que están además en contacto con muchos de sus
compañeros y compañeras del turno de oficio para ayudarles con material,
información y escritos en muchos de los casos. Así, por ejemplo, el Sr. Rus
debe desconocer que sólo en Valencia la PAH de esta ciudad desarrolla asambleas
jurídicas específicas donde se analizan colectiva e individualmente cientos de
casos cada mes. Es más, hace unos meses fue el equipo jurídico de las
diversas PAH de todo el estado quienes en una reunión en Barcelona redactaron
un escrito para solicitar la suspensión de todos los
procedimientos de ejecución hipotecaria de viviendas habituales que se
encuentren actualmente en los juzgados. Escrito apoyado y respaldado por el
Consejo general de la abogacía española que lo distribuyó entre todos los
colegiados y colegiadas del Estado. Un asesoramiento y trabajo jurídico queno acaba ahí sino que ofrece gratuitamente materiales, escritos y recopilaciónde sentencias a todos los afectados y afectadas, así como a los y lasprofesionales de la abogacía que se implican en este proceso, incluyendo ya modelos de alegaciones en base a la nueva sentencia europea. Un trabajo
jurídico por tanto que es lo que justifica sobradamente la inclusión de estas
Plataformas en el análisis y la búsqueda de soluciones de la grave problemática
social a la que colectivamente intentamos dar respuesta.
Por eso creemos que debería haberse
contado con ellas. Y por eso protestamos, ya que nos resultó completamente
imposible, primero por la llegada por sorpresa y después por la negativa a aceptar cualquier propuesta de modificación, realizar cualquier tipo de aportación jurídica al convenio que los compañeros y compañeras estaban
preparando, para enriquecerlo.
Cómo dicen los compañeros y compañeras de las Plataformas #Sisepuede Pero, desgraciadamente, para poder hay que querer. Y el PP no quiere. Máxime cuando el escándalo de todos los papeles de Bárcenas parece indicar que muchos donadores anónimos han conseguido amasar sus fortunas en la orgía inmobiliaria que sostuvieron y potenciaron los diferentes gobiernos autonómicos y estatales durante años.
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